Desde un punto de vista económico, la elección suele reducirse a: ¿Se Invierte en elegir en la bomba neumática adecuada a nuestra actividad, cueste lo que cueste, y que pensamos conservar durante muchos años? ¿O nos decidimos por la opción más rentable en ese momento, sabiendo que quizá haya que sustituirla antes?
Los fabricantes industriales se enfrentan continuamente a este dilema, sobre todo a la hora de seleccionar los equipos que utilizarán en sus numerosos procesos de producción. La doble exigencia de combinar necesidad y presupuesto choca muy a menudo, obligándole a tomar una decisión: comprar una bomba que le pueda valer hasta que haya tiempo o dinero disponible para la próxima actualización de la planta o decantarse por el modelo de gama alta que promete muchos años de rendimiento fiable pero tiene un precio de compra más elevado.
Sea cual sea la decisión final, hay que garantizar que la elección no comprometa la seguridad, la fiabilidad operativa ni el resultado final.
Un cambio de actitud
En los últimos años, la oferta de bombas se ha ampliado debido a la entrada en el mercado de bombas de imitación. Este aumento de la lista de opciones se ha unido a un cambio en la actitud de los usuarios de bombas. Lo que antes era la búsqueda de la mejor solución se ha convertido en muchos casos en la búsqueda de una bomba que sea «suficientemente buena» para realizar la tarea que se le ha encomendado.
Contra los imitadores de bombas neumáticas: Elegir rentabilidad
La reciente tendencia de la industria a pensar en «lo suficientemente bueno» llevó a Seko a plantearse el desarrollo de una alternativa más rentable para contrarrestar a los imitadores.
Las bombas, disponibles con conexiones desde 1/4 hasta 3”, están diseñadas para ser una solución versátil para la manipulación de líquidos de casi cualquier tipo, incluidos productos químicos corrosivos o viscosos. El cuerpo de las bombas está disponible en diversos materiales como aluminio, PP, PVDF, POMc y acero inoxidable AISI 316. Las membranas son de PTFE, mientras que las bolas pueden ser de PTFE, AISI 316, EPDM o NBR.
El motor neumático no tiene punto muerto y funciona sin necesidad de lubricación. Sólo tiene dos piezas móviles que le permiten alcanzar caudales superiores y volumétricamente constantes y optimizar el consumo de aire, lo que reduce los costes generales de funcionamiento.
Las bombas están equipadas con colectores de entrada y salida independientes con rosca estándar BSP, pero están disponibles también con bridas o rosca americana NPT.
El diseño de la bomba también coloca las bocas de aspiración e impulsión como partes separadas de la carcasa. La bomba no tiene transmisiones, piezas giratorias ni juntas y presenta una buena altura de aspiración con capacidad de autocebado y funcionamiento en seco.
Estas características la hacen ideal para la manipulación de fangos, ácidos, álcalis, disolvente, emulsiones, resinas, polvos, soluciones acuosas y fluidos cargados de partículas.
Es ideal en aplicaciones como pinturas y tintas, procesamiento químico, cerámica, refinería, ingeniería mecánica, producción textil, tratamiento de agua y aguas residuales, eliminación de residuos, producción de papel, galvanizado y galvanoplastia.
Elegir bombas neumáticas de doble diafragma (AODD)
Las bombas neumáticas de doble diafragma (AODD) son dispositivos de bombeo versátiles que utilizan aire comprimido y dos diafragmas flexibles para mover líquidos. Estas bombas funcionan mediante un ciclo de compresión y expansión del aire, lo que genera un movimiento alternativo de los diafragmas. Cuando el aire comprimido se introduce en una cámara, el diafragma se mueve hacia un extremo, lo que reduce el volumen y expulsa el líquido a través de la válvula de descarga. Posteriormente, el otro diafragma se mueve en la dirección opuesta, lo que aumenta el volumen y aspira más líquido a través de la válvula de succión.
Este diseño único permite que las bombas neumáticas de doble diafragma manejen una amplia gama de líquidos, desde fluidos viscosos hasta aquellos que contienen sólidos en suspensión. Son conocidas por su capacidad para manejar líquidos abrasivos y químicamente agresivos, lo que las hace adecuadas para diversas aplicaciones industriales exigentes. Además, su construcción robusta y su capacidad para funcionar en seco las convierten en una opción popular para entornos de trabajo difíciles.
Las bombas neumáticas de doble diafragma son fáciles de mantener y reparar, lo que las convierte en una opción rentable a largo plazo para las operaciones industriales. Su diseño simple con un número mínimo de piezas móviles reduce la posibilidad de fallos mecánicos y simplifica las tareas de mantenimiento. Además, su capacidad para funcionar sin necesidad de electricidad las hace ideales para entornos donde no se dispone de energía eléctrica o donde se requiere una solución más segura en cuanto a los riesgos de explosión.
Estándares de las bombas neumáticas de doble diafragma (AODD)
En el universo de las bombas neumáticas de doble diafragma (AODD), el estándar más común ha sido durante mucho tiempo un modelo construido de plástico pesado y denso que puede soportar los rigores del uso continuo y tiene partes húmedas construidas de politetrafluoroetileno (PTFE o Teflón), de polipropileno (PP) o de fluoruro de polivinilideno (PVDF) para que sea compatible con una amplia variedad de fluidos, incluidos los que son altamente ácidos, abrasivos o corrosivos. La contrapartida para el operario de utilizar una bomba que ofreciera la máxima fiabilidad era un mayor coste de adquisición.
En la actualidad, muchos usuarios de bombas creen que no siempre es necesaria una bomba de alta calidad para algunas de las aplicaciones más básicas de manipulación de fluidos, como las que se encuentran en operaciones de tratamiento de agua, industria alimentaria o galvanizado. En estos casos, aunque el usuario sabe que siempre es mejor tener una bomba más pesada, elegirá una alternativa más ligera porque aún puede realizar tareas rudimentarias, pero lo hará con una inversión de capital menor.
Este cambio ha abierto la puerta al mercado a los imitadores, ya que la mayoría de las bombas AODD de imitación se fabrican en empresas donde los costes de las materias primas y la mano de obra son más baratos, lo que hace que el precio de la bomba sea aún más bajo. Sin embargo, los compradores de bombas deben tener cuidado porque es difícil reproducir realmente el original.
Reducir los riesgos operativos
Una de las principales preocupaciones de las marcas de imitación es la posibilidad de que las bombas producidas sean en realidad copias de copias de copias, y cuanto más se aleje del original, menos probable será que la bomba cumpla las expectativas creadas por su aspecto exterior.
Esto puede ser problemático cuando la bomba está programada para utilizarse en atmósferas de producción que deben ajustarse a los postulados de la normativa sobre atmósferas explosivas (ATEX) de la Unión Europea (UE).
Entornos de fabricación de bombas neumáticas seguras
Los fabricantes y usuarios de fluidos que pueden ser peligrosos y nocivos en atmósferas explosivas llevan años trabajando con los organismos reguladores gubernamentales para crear un entorno de fabricación más seguro, con plantas petroquímicas, yacimientos petrolíferos, plataformas petrolíferas en alta mar y minas entre los lugares más comunes donde se encuentran estos productos químicos peligrosos. Teniendo esto en cuenta, en 2003 la UE hizo obligatorio que los fabricantes de la UE siguieran las directivas ATEX al manipular o producir productos químicos en atmósferas potencialmente explosivas.
Protección
Las atmósferas peligrosas se clasifican en zonas en función de su tamaño, ubicación y probabilidad de explosión. Las zonas 0, 1 y 2 especifican gas-vapor-niebla, mientras que las zonas 20, 21 y 22 especifican polvo. Estas clasificaciones dictan que esas propiedades deben protegerse de las fuentes de ignición. Las zonas 0 y 20 requieren la designación de categoría 1: el mayor riesgo de que exista una atmósfera explosiva. Otras categorías son las zonas 1 y 21, que corresponden a la categoría 2; y las zonas 2 y 22, que requieren la categoría 3.
Las bombas AODD tradicionales cumplen los criterios de ATEX porque pueden construirse con materiales compatibles con los fluidos corrosivos o abrasivos que suelen ser necesarios, por ejemplo, en el procesamiento químico. La construcción de cuerpo sólido de la bomba también es fundamental en este ámbito, ya que aumenta la resistencia de la bomba, mientras que el diseño de cuerpo sólido elimina las vías de fuga que pueden desarrollarse en bombas de plástico moldeadas por inyección comparables. El diseño sin juntas inherente a la bomba AODD también contribuye a reducir el riesgo de fugas de producto, ya que no hay juntas que puedan fallar.
ATEX es ampliamente considerado como el símbolo aceptado de la seguridad, y el uso de equipos con clasificación ATEX puede proporcionar a los operadores la tranquilidad que necesitan cuando se trabaja en entornos potencialmente peligrosos.
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